Debo comenzar mencionando las siguientes palabras. Le doy gracias y alabo al Señor porque me sano de unas heridas y comezón intenso que se había originado hace unos días en las entre piernas.
En un primer instante decidí tomar 6 pastillas Fluconazol del 20 al 22 de junio. Pese a que el medicamento es fuerte no me sanaba; es mas, el exceso me causó un serio malestar estomacal. Tras este hecho decidí poner esta situación en las manos del Señor; asimismo decidí practicar la oración de renuncia que se aplicó en la barquita el lunes 20 de junio por la noche.
Por eso comparto este testimonio de gratitud al Señor.
Cabe indicar que un ingrediente adicional que se complementa a mi sanación fueron las eucarístia constante, adoración al Santísimo, ayunos, rosarios y momentos de oración intima con el Señor.
Gracias Señor porque eres poderoso. Eres santo. Sanas, liberas, restauras, aumentas mi fe y me conviertes en criatura nueva día a día.
Pedro